Compartimos aquí un comentario sobre el vídeo "Niña sube la oxitocina", por una matrona:
Nota: A petición de los autores del vídeo hemos quitado las imágenes que habíamos puesto aquí para ilustrar algunas escenas.
[Imagen del vídeo "Niña sube la oxitocina". "pero eso a mi me da la vida"...una escena que retrata el manejo irrespetuoso del bebé y el poco valor de un recién nacido como persona...]
Con lágrimas e indignación, yo quisiera aportar mi visión. Este video me ha sublevado; las matronas no somos eso. Pero pone de manifiesto un hecho indudable: hay matronas así, de las que sin despegar el culo del sofá te gritan (a los residentes) "nena, sube la oxitocina que acabemos pronto". Yo lo he vivido en mis carnes. Y os aseguro que ni puta gracia me hacía (y perdonadme el lenguaje pero no encuentro palabras). Esto es un fiel reflejo de cómo utilizamos el lenguaje para despegarnos, para ningunear a las mujeres, cómo las malas prácticas están impuestas en los paritorios y cómo las nuevas generaciones aprenden a seguir así, "como siempre se ha hecho".
Ver este video es pensar que las matronas sólo servimos para subir la oxitocina, para poner vías y epidurales, y poco más. Nada del trabajo de acompañamiento, nada de la labor en el embarazo y el puerperio, nada de cuidados sexuales, nada de amor. Por no hablar del patético papel que le han puesto a los hombres: espectadores insulsos que se desploman por emocionarse. No, las matronas no somos eso. Al menos yo, y creo que muchas más.
Me niego a reír esta gracia.
Me niego a seguir perpetuando mala praxis.
Me niego a que las matronas sigamos recluídas en paritorios obsoletos.
Me niego a insultar a las mujeres y a los hombres de esta forma.
Me niego rotundamente a que se asocie esta imagen a una profesión que amo con locura y venero con el máximo respeto.
No, me niego a esta sarta de estupideces.
A mi me sube la bilirrubina, la tensión y el colesterol viendo que se insulta de esta forma a la profesión y a las mujeres. Probablemente ni sean conscientes de lo que hacen y dicen, y se queden ojipláticas si leen esto. Está tan metido en nuestro inconsciente el maltrato, que no somos capaces de verlo ni con lupa. Y esto, no es, ni más ni menos, que la violencia obstétrica tatuada en la piel de las matronas.
Y si lo que pretendían era hacer una crítica al sistema, no es lo que transmite este vídeo.
Choni Gómez