Por M.C.
Nunca estamos preparadas para enfrentarnos a problemas grandes. Nadie nos prepara para saber enfrentarnos a una pérdida importante, del tipo que sea.
Cada mujer es distinta. Cada parto es distinto. Y cada cesárea es distinta.
Muchas mujeres describen su cesárea como una pérdida: se han perdido algo, se han perdido la oportunidad de parir a sus hijos. Algunas incluso lo verbalizan como que “les han robado” algo.
Cuando un embarazo no termina como deseamos, por las razones que sean, puede que nuestro cuerpo y nuestra cabeza lo interprete como una pérdida.
Porque lo es.
Y tras una pérdida, siempre se produce un duelo.
¿Duelo tras una cesárea? ¡Cómo es posible!
Generalmente entendemos el duelo como el proceso emocional que vive una persona tras la pérdida de un ser querido. Un duelo también puede darse cuando tristemente perdemos algo que nos correspondía, algo que formaba parte de nuestro ser, de nuestra dignidad, de nuestra idea sobre nosotras mismas y de nuestros deseos para nuestros hijos.
Gran cantidad de mujeres describen el estado emocional por el que pasan con las mismas palabras, y conceptos atribuidos al duelo. Estas mujeres relatan haber pasado por las fases propias de un duelo: negación, rabia, tristeza, aceptación e incluso superación.
Para ilustrar esto, comparto testimonios reales que he oído durante estos años, y que probablemente sean familiares para muchas personas:
NEGACIÓN
-¿qué tal tu parto?
-Bien, muy bien. Todo bien. Bueno, lo malo fue que estuvo el bebé en la incubadora unas horas.
-¿y eso?
-como al final se complicó y nació por cesárea, tuvieron que llevársela.
-vaya! ¿y tú qué tal estás?
-bien, bien, hombre… ya estoy mejorcilla, pero…
DESCONCIERTO/ FRUSTRACIÓN
Creo que estoy obsesionada con mi parto. Desde que nació mi hija, hace siete meses, no pasa ni un solo día sin que me acuerde de la cesárea, y me pregunte ¿por qué me pasó, si todo iba perfecto?
RABIA
Pues a mí me da lo mismo lo que me digan, yo cada vez que veo una embarazada, le suelto que no vaya a ese hospital, que allí me maltrataron. Si alguien me lo hubiese dicho a mí, no me habría pasado. Así que no me callo.
TRISTEZA
-Mi marido no me entiende, me dice que me pongo de mal humor cada vez que intento sacar el tema. No quiere escucharme, me dice que pase página. Y yo no puedo, tengo mucha frustración dentro, ¿por qué fui la última en abrazar a mis gemelos? Lloro mucho, siempre a solas.
ACEPTACIÓN
He aprendido mucho de mí misma, de mis límites y de mis miedos. En mi próximo parto voy a luchar por que mi hija tenga el mejor recibimiento: mis brazos.
SUPERACIÓN
Gracias a mis dos cesáreas, he conocido un mundo nuevo, de amor, de respeto. Amigas que me entienden y que abren los ojos. Doy por buena mi experiencia, porque ahora puedo ayudar a otras mujeres que han pasado por lo mismo, y a otras, para que no les pase.
Se estima que al menos una de cada dos cesáreas en España es innecesaria, según los índices razonables según la OMS (en torno al 10%), y los datos del INE 2012 (22%).
Por todo esto, es tan importante erradicar las cesáreas innecesarias, porque pasar por una es demasiado duro como para que además no hiciese falta.