Cuando la creatividad y el ingenio se lanzan a pensar desde la sensibilidad y la resolución práctica de problemas, se llega a respuestas ingeniosas que pueden facilitar y hacer más sencillo y bello el proceso o el momento.
En la Escuela de Diseño de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en 2005, se desarrolló un taller experimental en el marco de un proyecto de investigación, durante un semestre, que contó con activa participación de estudiantes, profesores y más de una docena de especialistas del mundo perinatal, entre los que se contaban obstetras, pediatras, matronas, enfermeras matronas, enfermeras, antropólogas y por supuesto, diseñadores.
El proyecto de investigación se denominaba «Diseño de espacios y objetos para el parto integral. Sistematización de las bases científicas y empíricas que aportan modalidades de parto integral que fomenten el apego, y diseño de los espacios e implementos necesarios para su ejecución».
Su motivación principal, como se explica en el documento del proyecto, era «entender y mejorar las condiciones para que antes y después del expulsivo, madre e hija/o puedan construir una poderosa y duradera interacción». El estudio concluyó que «la calidad de la atención es la clave a reformar» y proponía crear un programa multisectorial, estatal y descentralizado de humanización del parto basado en estas tres premisas:
- Modificar los sistemas de atención de las maternidades públicas.
- Feminizar y fortalecer los recursos humanos orientados al parto con respeto.
- Rediseñar las maternidades existentes (equipamiento y mobiliario).
Respecto a la tercera premisa, el diseño para la biomedicina constituye uno de los frentes proyectuales donde la preocupación por elevar la calidad del servicio hospitalario ha promovido avances en la fisonomía y funcionalidad de recintos y dispositivos. Los objetos del entorno médico registran una evolución que incluye la incorporación de soluciones cada vez más ergonómicas y sensibles a cada uno de sus usuarios y usuarias.
En concreto, el trabajo que se planteó en el taller experimental era el diseño de una bata de parto, un camisón hospitalario; el que nos ponen a muchas mujeres cuando llegamos al hospital. En su concepción, se identificaron los siguientes puntos a tener en cuenta:
a) Mejorar el descanso de la madre durante el embarazo.
b) Dignificar la vestimenta de la gestante, especialmente en el pre-parto,
c) Perfeccionar los ejercicios dilatatorios de una embazarada de bajo riesgo sobre objetos ya existentes.
d) Mejorar la elegibilidad de posturas para enfrentar el parto más allá de la tradicional posición de litotomía.
El resultado es una bata pensada desde los procesos, que dignifica a la mujer de parto, y que facilita el trabajo de los y las profesionales. Además durante el posparto inmediato la bata permite que la madre establezca contacto piel a piel con su bebé y pueda iniciar la lactancia con toda comodidad.
Las batas fueron probadas en diversos hospitales de Chile, y tuvieron una amplísima acogida, sirviendo fielmente a su objetivo original: desarrollar proyectos de diseño en base a evidencia de uso que se propongan elevar la calidad de los nacimientos en Chile.
¡Enhorabuena!