Mito nº5: “En caso de tener que hacer una cesárea, viene el cirujano a casa con un spray milagroso (“Wonder Spray”), con el que desinfecta toda la casa y te realiza la operación allí mismo.”
Por supuesto, esto es una leyenda urbana más en nuestra lista de las historias fantásticas sobre los partos en casa en Holanda.
¿O de verdad os imagináis a miles de médicos yendo a casas particulares -me los imagino en grandes furgonetas como cuando vienen a fumigar- dedicándose primero a desinfectar y esterilizar el domicilio para a continuación montar el chiringuito, un quirófano móvil al más puro estilo UVI de campaña en mitad del salón para hacer una cesárea a la señora de la casa?
Antes echan a los niños y vecinos y animales de compañía, claro. Y a la doula, faltaría más. Y como la mayoría de los partos son por la noche, pues ya veo a los vecinos en pijama en la calle, los niños con sus peluches en la mano, mientras dentro se celebra el espectáculo de la cesárea domiciliaria. En fin, como la casa de Katie Holmes cuando se preparó todo para el nacimiento de Suri (otro mito, por cierto). También me viene a la cabeza la famosa escena de “E.T.” cuando montan el hospital en casa…
Qué raro que estos mitos permanezcan como las garrapatas en la espalda de los gatos, aunque nadie nunca haya visto una imagen sobre estas cesáreas domiciliarias, y eso que Google lleva ya unos cuantos años existiendo.
Una matrona holandesa tiene la teoría de que estos mitos nacen y se perpetúan porque nadie se explica esa situación tan específica de Holanda y su larga tradición de altísimas tasas de partos domiciliarios con mujeres como tú y yo. Y, claro, no puede ser que algo tan clandestino y prácticamente ilegal en otros países como el parto en casa sea algo totalmente normal y socialmente aceptado en un país que está a pocos euros en un vuelo de low cost. ¿A que da un poco de miedo? ¿Qué tendrán estas mujeres holandesas, que paren tan bien en casa? Y todo a pesar de que está comprobado que tienen la misma pelvis (ver mito nº 4 de esta serie) que las mujeres españolas.
Eso sí, aprovechamos para presentaros una tradición holandesa que rodea los partos, independientemente del lugar en que se produzcan: los famosos muisjes. Son unas galletas redondas con una base de bizcocho durito y decoradas con bolitas de anís, de colores azules o rosas (rosa= niña, azul= niño, fácil de captar). ¡Estos sí existen y están por todos lados! Las encuentras en las casas después del parto, en la recepción de las casas de parto, incluso en los hospitales las tienen… ¡y nadie se libra de ellos!
Mitos ya publicados:
Mito nº1: "Siempre hay una ambulancia esperando en la puerta por si acaso"
Mito nº4: "Es que las mujeres holandesas tienen la pelvis perfecta porque montan mucho en bicicleta"
Por Ángeles Cano