"Feliz día del comienzo del mundo" es el título del spot publicitario que Coca-Cola ha emitido en Brasil, como contrapartida del supuesto fin del mundo que viviríamos el 12/12/2012.
Al inicio del vídeo se ven parejas de futuros papás, dándose abrazos y besos porque saben que en breve vivirán el gran acontecimiento del nacimiento de su bebé. Pero enseguida se ve a embarazadas tumbadas en camas de hospital… Una de ellas se despide feliz y se la llevan en camilla y después se ven mascarillas y gorros de quirófano; padres solos y angustiados; más madres tumbadas; instrumental de quirófano; más gorros, más mascarillas y un bebé que nace; enseguida otro bebé (o el mismo) envuelto en telas que es besado por su padre encima del gorro; bebés que son explorados, medidos, mientras el padre solo puede mirar y hacer fotos, pero no tocar... Un bebé agarrado por los pies (boca abajo), un bebé llorando solo, más exploraciones y rutinas, un bebé en una incubadora, un bebé en una cuna, otro en otra cuna, otro que llora en unos brazos ajenos a los de su madre...
¿Dónde está el recibimiento cálido que todo niño merece y necesita? El vídeo nos muestra bebés recién nacidos, pero ninguno disfrutando de un contacto directo y piel con piel de su madre; todos separados por ropas o sometidos a exploraciones cuya realización nada más nacer no está justificada.
Y supongo que a mucha gente le parecerá un video normal y bonito, porque es a lo que nos tienen acostumbrados.
Hay una frase de Michel Odent, que para mí es muy visionaria: "Para cambiar el mundo, primero hay que cambiar la forma de nacer". Mientras a la sociedad le siga pareciendo normal que un bebé recién nacido sea separado de sus padres y que no pueda permanecer piel con piel desde el primer minuto, no estamos dando los pasos adecuados para un mundo mejor.
Recomencemos de una manera diferente en 2013.